El amianto es uno de los materiales con más riesgos para la salud que podemos encontrar actualmente. Aunque no supone un gran peligro si está en perfecto estado, si sus fibras se dispersan pueden ser inhaladas y llegar hasta nuestros pulmones.
Se prohibió en España para su uso en la construcción en el año 2002, y es que diversos análisis demostraron que provocaba diferentes tipos de cáncer tras exposiciones prolongadas. Y aunque hoy en día ya no se emplea en este sector, lo cierto es que este material sigue estando muy presente en nuestras ciudades.
Por esta razón, el censo de amianto se ha convertido en la nueva herramienta para su detección y posterior tratamiento, hasta su completa eliminación. ¿Quiere saber más sobre qué y cuál es su objetivo?
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¿Qué es un censo de amianto?
En 2022 se elaboró la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Este documento establece la obligatoriedad de que los ayuntamientos españoles realizasen un censo.
En él, deben detallarse todas aquellas instalaciones o emplazamientos donde haya presente amianto. Además, también debe incluir un calendario para planificar la retirada definitiva de este material, el cual debía estar redactado antes de abril de 2023.
Para determinar la prioridad a la hora de proceder a la retirada de los elementos constructivos que contengan amianto, cada ayuntamiento tiene su propio criterio. En función del nivel de precisión, se pueden establecer tres tipos de censos:
- Preliminar.
- Básico.
- Detallado.
Respecto a la retirada del amianto, la normativa a nivel nacional establece la obligatoriedad de hacerlo antes de 2028. Uno de los motivos principales es que la vida útil de este material ya ha pasado o está a punto de hacerlo.
Por esta razón, cada ayuntamiento establecerá su propio orden de actuación, en función de los riesgos inherentes a las diferentes instalaciones. También será un factor determinante el tipo de gestión de cada construcción, diferenciando entre aquellas edificaciones públicas o privadas.
También se tomará en consideración el uso de las instalaciones, la antigüedad del material o su vida útil. Como es lógico, esta normativa a nivel nacional tiene también su adaptación en el Plan nacional para la erradicación del amianto en Cataluña 2023-2032.
La Generalitat estima, de hecho, que en todo el territorio catalán hay todavía unos 4 millones de toneladas de amianto. De toda esa cantidad, más del 85% habrá superado su vida útil antes de 2030, suponiendo un grave riesgo para la salud y el medio ambiente.
¿Cómo es un censo de amianto?
Existen tres categorías a la hora de hablar de un censo de amianto. Cada una de ellas determina de forma ascendente el nivel de precisión empleado a la hora de clasificar la peligrosidad o la urgencia en la retirada de este material.
Caso preliminar
Es una primera aproximación, con la que se obtiene un censo o inventario de aquellos edificios en los que, por su año de construcción, tienen altas posibilidades de contener amianto.
Para ello, se utiliza un sistema GIS, un sistema de información geográfica con el que recopilar, gestionar y analizar todo tipo de datos, como posibles actuaciones ya realizadas sobre este material.
Censo básico
Este nivel no sólo hace uso del GIS, sino que incorpora también una inspección visual de todas las zonas. ¿El objetivo? Comprobar, in situ y con ayuda de drones, si el amianto está o no presente en la construcción analizada.
Censo detallado
Llegamos al último nivel dentro de la clasificación de los censos de amianto. Se trata de la fase más precisa de todas, con una inspección de los materiales con amianto según la norma UNE 171.370-2 Localización y diagnóstico de amianto.
De esta manera, se identificarán sin equivocaciones todos aquellos elementos que contengan este peligroso material en un edificio. Una vez hecho esto, el propósito es comenzar con su retirada integral, cumpliendo con todas las medidas de seguridad vigentes al respecto.
Censo de instalaciones y emplazamientos con amianto en Barcelona
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